Es la tercera ciudad después de Casablanca y Rabat con más habitantes, 2 millones de habitantes aproximadamente. Está situada en la región antiguamente llamada Hsipania Nova. Fez es de las inmemoriales ciudades imperiales, quizás sea una de los símbolos más importantes de Marruecos, está considerada como el centro religioso y cultural del país. Su universidad, famosa por el estudio del árabe y la religión musulmana.
La ciudad se divide en tres zonas, Fez el-Bali, la zona antigua, dentro de las murallas, Fez el-Jdid, la zona nueva, donde se encuentra la Mellah, el barrio judío, y la Ville Nouvelle (Ciudad Nueva), la zona francesa en el noroeste de la ciudad.La medina de Fez el-Bali, la mayor de las dos de la ciudad, es la mayor zona peatonal del mundo, de los mayores emplazamientos medievales que existen actualmente, las puertas y murallas que la rodean potencian su magnificencia, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1981.
Atravesando cualquiera de sus monumentales puertas podremos adentrarnos en un escenario capaz de transportarnos en el tiempo y el espacio. Con plano o sin él, es imposible no perderse en este laberinto de más de 9000 callejuelas, muchas sin salida, otras casi inaccesibles, pero tras cuyos muros ciegos surgen apacibles patios con jardines que abundan de luz y color. Entre los más de 10000 edificios históricos registrados destacan unas 200 mezquitas, madrasas y palacios. Esto ya de por sí sería suficiente reclamo para cualquier amante de la cultura, porque esta ciudad esconde joyas tan interesantes como la Mezquita Karaouiyine, reconocida como la primera universidad del mundo y fundada en el año 859 por una mujer, Fátima El Fihria. Karaouiyine contribuyó a la proyección cultural de la ciudad, que durante siglos fue conocida como la "Atenas de África".
Otros de los tesoros de la medina son sin duda las bellísimas madrasas Bou Inania o Attarine o el sepulcro o Zauia de Idriss II, co-fundador de la ciudad, y uno de los enclaves más santos y visitados de esta urbe, destino de peregrinación donde los fieles acuden para “impregnarse” de la baraka o bendición que se atribuye a este lugar.
Los zocos participan en la vida de la ciudad. Se organizan en gremios. El zoco Attarine es uno de los más animados de Fez. Esta calle comercial está limitada en cada extremo por dos monumentales puertas de madera que se cierran por la noche.
El barrio de los curtidures (tenería Chouwara), esta tenería se compone de varias fosas llenas de tintes, donde se trabajan las pieles para la producción artesanal de cuero de cordero, vaca o cabra. La vista panorámica de esta tenería recuerda las paletas de los pintores.
Un millar de palacios se oculta en el laberinto de las callejuelas de la medina. Estas casas pegadas unas a otras, son celosamente guardadas por los bloques de muros tras los cuales se organiza la vida. Una vez dentro, se abre un mundo fascinante. La madera esculpida, los zelliges, las barandillas, las rejillas de hierro forjado y las altas puertas en madera de dos batientes. Cada casa tiene una fuente en el centro de su patio, su jardín andaluz o jardín interior que mezcla el mármol, el agua y las plantas.
GASTRONOMÍA
La Mrouzia es el gran éxito de la gastronomía fasí. Este plato, originalmente preparado durante la fiesta del Aid- el-Adha ("la fiesta del cordero"), utiliza una mezcla muy original de especias, el Ras El Hanout, que significa "lo mejor de la tienda", y que contiene entre 35 y 45 especias diferentes procdentes de Marruecos, del Oriente o de la África subsahariana.
LA CULTURA DEL BIENESTAR
En Fez la cultura del bienestar está omnipresente con sus hammams, sus spas, los manantiales termales y el mágico universo del sueño oriental. El ritual de aseo y belleza, herencia de las antiguas costumbres.
Fez, el refinamiento del día a día: el buen gusto de los interiores, la sutilidad de la cocina, la elegancia en el vestir, la armonía de los colores, los rituales de belleza, la delicadeza de los perfumes y el encanto de la música. La forma más exquisita de apreciar el arte de vivir fasí es pasar unos días en pleno corazón de la medina, en uno de los riads.